El número de oro en la obra de da Vinci
Da Vinci y la proporción áurea
«Nadie
puede entender mi obra si no entiende de Matemáticas», es una de las frases
atribuidas a Leonardo da Vinci, genio multidisciplinar de los siglos XV y XVI,
cuyas aportaciones al mundo de la ingeniería, matemática, pintura y medicina
(entre muchos otros) son incalculables.
Y es que, aunque cualquiera pueda mirar a la Gioconda a los ojos y preguntarse si su sonrisa es alegre o melancólica, tan sólo unos pocos se darán cuenta de que, al igual que muchos otros de sus cuadros, este retrato se ajusta a la “proporción áurea”.
El
número áureo, también llamado razón dorada o divina proporción, es un número
irracional, a menudo identificado con una espiral,
asociado con la simetría y la belleza, que podemos encontrar tanto en la
naturaleza, desde la disposición de los pétalos en las flores como en la forma
de algunas galaxias, como en el arte y la arquitectura a lo largo de los siglos,
siendo ejemplos famosos el Partenón
de Atenas, o la propia obra de Leonardo.
El uso de esta razón en el arte busca la “belleza divina”, la medida perfecta del cuerpo humano, como en el caso del Hombre de Vitruvio, o del rostro de La Gioconda, o, de forma más imperceptible, en cuadros como La última cena, por lo que, el hecho de que Leonardo eligiera incluirlo en sus obras, indica una búsqueda de la perfección a todos los niveles, tanto artísticos como matemáticos, aunque la mayoría del público sólo lo perciba de forma inconsciente.
Ejemplo escritura especular:
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